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El top ten de las creencias irracionales

El top ten de las creencias irracionales En el capítulo anterior vimos que existen infinidad de creencias irracionales, tantas como la imaginación humana pueda inventar, pero que pueden agruparse en tres categorías:

1) Debo hacer las cosas bien.

2) La gente me debe tratar bien.

3) Las cosas me deben ser favorables.

 

Cuando no se cumplen estas exigencias infantiles y supersticiosas, nuestra mente neurótica evalúa lo que sucede como «terrible» y genera pensamientos del tipo:

1) Es «terrible» que no haya hecho las cosas bien.

2) No puedo soportar que la gente no me trate adecuadamente.

3) ¡La vida es un asco! ¡Qué desgracia que me haya sucedido esto!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

También hemos visto que solemos terribilizar sobre hechos que nos han acaecido, pero también sobre hechos que podrían suceder. El solo hecho de pensar en la posibilidad de que suceda algo malo, ya nos llena de ansiedad. La anterior clasificación en tres categorías es muy útil a la hora de buscar e identificar las propias creencias irracionales, pero hay otras clasificaciones. En terapia cognitiva, existe la tradición de confeccionar, en cada momento histórico, listas de las creencias irracionales más habituales.

 

 

Albert Ellis, uno de los principales psicólogos cognitivos de la historia, hizo su propia lista de «las diez principales» o top ten en los años cincuenta del siglo pasado. Siguiendo esa tradición, he elaborado mi propia lista de las creencias irracionales favoritas en España en estos momentos. Son ideas equivocadas que producen malestar y que nos proporcionan una mala filosofía de vida a buena parte de los españoles.

 

 

Ésta es la lista de las diez ideas principales generadoras de malestar que afectan a las personas de nuestro tiempo:

 

1. Necesito tener a mi lado a alguien que me ame; de lo contrario, ¡qué vida más triste!

2. Tengo que ser alguien en la vida, aprovechar bien mis cualidades y virtudes. De lo contrario, me sentiría fracasado.

3. No puedo tolerar que la gente me menosprecie en público. Debo saber responder y defender mi imagen.

4. Debo tener un piso en propiedad. De lo contrario, soy un maldito fracasado muerto de hambre.

5. Tener buena salud es fundamental para ser feliz. Y lo más deseable es vivir mucho tiempo; cuanto más, mejor: ¡incluso cien años o más!

6. Tengo que ayudar a mis familiares: padres, abuelos, hijos… Mi ayuda es fundamental para su felicidad.

7. Si mi pareja me pone los cuernos, no puedo continuar con esa relación. La infidelidad es una cosa terrible que te destroza por dentro.

8. Tengo que tener una vida emocionante. De lo contrario, mi vida es un aburrimiento y, de alguna forma, un desperdicio.

9. Más siempre es mejor. El progreso siempre es bueno y consiste en tener más cosas, más oportunidades, más inteligencia…; esto es obvio en el caso de desear cada vez más y más cosas buenas como paz y alegría.

10. La soledad es muy mala. Los seres humanos necesitan tener a alguien cerca porque si no, son unos desgraciados.

 

Ésta es sólo una lista de las muchas que puede haber. En todo caso, son las que yo me encuentro con más frecuencia al leer los periódicos, hablar con mis amigos y trabajar con mis pacientes. Todas y cada una de estas aseveraciones son creencias irracionales que originan malestar neurótico o irracional. Nadie necesita ninguna de las cosas de esa lista: ni pareja, ni seguridad laboral ni salud, en realidad.

 

Se trata de preferencias y objetivos legítimos, pero jamás condiciones indispensables para la felicidad. En los próximos capítulos aprenderemos a combatirlas. Antes, quiero hacer un apunte sobre las creencias irracionales más populares: el hecho de que muchísima gente, quizá la mayoría, compartan algunas de las falsas ideas mencionadas no significa que sean válidas. En la historia, existen numerosos ejemplos de ideas equivocadas que reinaron en la cultura popular durante décadas, para luego demostrarse el error. Por ejemplo, en la década entre 1960 y 1970, en España, fumaba el 90 % de los hombres. En la actualidad, son fumadores poco más del 30 %. El hecho de que fumar era apabullantemente habitual en aquella época no significaba que fuese bueno.

 

En este capítulo hemos aprendido que:
1. Existen creencias irracionales muy extendidas que se transmiten por influencia social. Esas ideas son responsables del actual aumento de problemas emocionales entre la población.
 2. No creerse estas ideas irracionales te permitirá disfrutar al máximo de las ventajas de la vida moderna sin que te vuelvas neurótico.


 

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